Cada viernes a las 9:30 de la mañana, el Campus San Francisco se despierta entre frutas y verduras. Sin embargo, esta vez, también al ritmo de trompetas. Ubicado en la zona ajardinada entre el Edificio Interfacultades y la Facultad de Derecho, el mercado agroalimentario cumplió el pasado 15 de noviembre su segundo aniversario.

Este proyecto comenzó en 2021 impulsado por la Universidad de Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza en colaboración con asociaciones agroalimentarias y agroecológicas aragonesas.

Al adentrarse al mercado, se aprecian 22 puestos de productos de proximidad alrededor de la fuente del campus. Además, también cuentan con estands dedicados a la divulgación científica y a la responsabilidad social. Un concepto único que aúna conocimiento y salud en un espacio educativo.

Frutas, verduras y hortalizas llenan los puestos. Sin embargo, otras propuestas también sorprenden por su atractivo. Oro líquido llegado desde Cinco Villas, ese es el producto de la empresa Asiete. Su aceite de km0 participa dentro del comercio de proximidad, un concepto fundamental para poder crear una red entre productores y consumidores que reduzca la huella de carbono del producto. Así, se requiere menos transporte y se influye positivamente en la economía de esa zona.

Hoy en día aún hay muchas personas que apuestan por la apicultura sostenible. Un ejemplo de ello es el puesto de Miel Sabor de Olmeda, productor de miel y todos sus derivados de forma ecológica. Su empresa contribuye a mantener la biodiversidad y también a “volver a lo de antes, que es lo más auténtico”, resalta.

En el campus también hay hueco para el estand del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica.  Un puesto fundamental dentro del mercado ya que en él se informa acerca de los productores ecológicos que se encuentran en Aragón. Además, en consonancia con sus valores, animan a los consumidores a adoptar hábitos de consumo más saludables a través de incorporar productos ecológicos en su dieta.

Sin duda, un mercado que permite conocer de primera mano al productor y su producto y les sirve como perfecto escaparate para dar valor al producto aragonés. A su vez, gracias a este tipo de propuestas, se demuestra que volver a los orígenes y llevar una dieta saludable es una acción posible, y este mercado lo ha demostrado. Una apuesta que beneficia a todos y esperemos cumpla muchos más años.